Lobos con piel de cordero

¡Ay madre, qué miedito!. Este tipo de personas son difíciles de detectar. Su disfraz hecho a medida y perfeccionado con el tiempo, les proporciona el anonimato que necesitan. Manipuladoras y mentirosas, no dudan en hacer lo que sea para conseguir su objetivo. De apariencia angelical, tranquila y racional, se granjean la confianza del otro adulándolo y haciendo de ángel protector, acabando en un control perverso del que es difícil salir. Sus presas son personas emocionalmente débiles por estar pasando por un momento de inestabilidad. El entorno sucumbe a su amabilidad y encanto, pero, a veces, el lobo pugna por salir a la superficie y muestra sus afilados colmillos. De repente te sorprenderá con una frase agresiva e hiriente, para luego volver a su condición de cordero víctima, pero ya habrá asomado la patita…¡Atent@!


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Cuando el mundo te come